jueves, abril 10, 2008

Cambio y la derecha

En la edición de esta semana (10-17 de abril de 2008) de la revista Cambio, dedican la portada a la dicotomía que se presenta en el espectro político colombiano, entre la derecha y la izquierda. Llama especialmente la atención la siguiente afirmación:
"invadir un país extranjero argumentando que tiene en su poder armas de destrucción masiva es una actuación propia de la derecha porque es arbitraria y se funda en mentiras inventadas con propósitos políticos"
Al redactor de esta nota, bien la convendría asistir a un par de seminarios, uno de ciencia política y otro de relaciones internacionales, salir de la oscuridad por dos caminos. Primero, para que entienda que ningún ideario político de derecha cuenta dentro de sus principios con : fundar los actos de política internacional en las mentiras; que al contrario, la derecha aboga por una definición concreta del alcance de las acciones del Estado. No se trata de tener un aparato burocrático que le de empleo a las corbatas o varados, sino de tener una estructura de instituciones que propendan por desarrollo de todos, entendiendo que todos tenemos habilidades y sueños, que somos capaces de hacer nuestra propia vida. En esta medida, el estado debe ser fuerte, pero pequeño, debe brindar seguridad para que podamos construir, debe garantizar el orden mediante reglas se cumplen y se hacen cumplir. Es a partir del orden que podemos ejercer plenamente nuestra libertad, porque el concepto de la libertad no se aparta de la responsabilidad que conlleva.
Segundo, para que aprenda que la doctrina sobre relaciones internacionales se debate entre los principios del realismo versus los principios del idealismo. La diferencia fundamental estriba en que el realismo reconoce que los intereses nacionales dominan el accionar político de los estados y en este sentido, la legítima defensa o el aseguramiento de los recursos necesarios para abastecer el entramado económico-social de la nación fundamenta las decisiones de política internacional. Mientras tanto, el idealismo aspira a que sea el consenso internacional quien rija dichas actuaciones y por ello se debe siempre acudir ante las instancias multilaterales, sin importar el profundo letargo en el que duermen dichas instituciones.
Pero mas allá de la ignorancia del redactor, es perfectamente válido entrar en el debate, pues tanto la izquierda como la derecha han evolucionado en casi todos los ámbitos de su ideario. lejos estamos de una izquierda al estilo leninista y lejos estamos de una derecha monarquista. Ambas tendencias han aprendido lecciones valiosas de la historia.
Tal ves el ejemplo más claro de este aprendizaje se encuentra en dos temas fundamentales: 1. la imperfección del mercado. 2. la dignidad inherente a todas las personas.
Para nadie es un secreto que si se deja la economía a las fuerzas del mercado, se generarían iniquidades insalvables; que esos vacíos dejados por la mano invisible deben ser solucionados mediante algún tipo de intervención en aras a brindar garantías de igualdad y libertad. De la misma manera, está clarísimo que todas las personas, sin distinción de sexo, orientación sexual, religión, estrato o cualquier otra diferencia relacionada con su personalidad o condición social, tienen, por el solo hecho de su existencia, una dignidad que no puede ser desconocida ni por sus iguales ni por ninguna organización política o social.
La diferencia consiste, basicamente, en los medios para alcanzar un sociedad en paz, superar la pobreza, para garantizar los derechos y permitir que todos podamos conseguir nuestras metas.
La izquierda pone como punto de partida a la sociedad, es el tema de Margarita, y no me corresponde sumergirme en esas aguas oscuras. En todo caso, la izquierda no es la del personaje de Cambio.
La derecha pone primero a la persona, le asigna responsabilidad sobre su vida y en esa medida la hace responsable del futuro de la sociedad. No se trata de dones otorgados por Dios, ni de la perpetuación de las élites. Se trata de reconocer que cada uno de nosostros ostenta el destino de su vida; que debemos construir nuestro contexto con responsabilidad y que mas allá de cualquier cosa, la igualdad consiste en garantizar los puntos partida y las reglas para llegar a la meta, no en suplantar a la persona en su determinación para escoger, para ser. No es fácil ser de derecha, mucho menos si existen irresponsables, o ciertos redactores.