miércoles, agosto 05, 2009

Ansiedad y Realidad

LLevo varios años sin fumar rubios. Sin embargo, el síndrome de abstinencia ha permanecido y hay días, como hoy, en que la ansiedad de contaminarme solo se compara con la ansiedad que me produce que el novelón de la actualidad política colombiana no tenga, ni remotamente, un horizonte de solución.
Es que son tantos los teatros abiertos, que no hay maestro del arte que pueda ordenar un desenlace: Venezuela y Ecuador apoyando a las FARC y nosotros sintiéndonos culpables; Reelección, no reelección; Uribismo, posturibismo, oportunibismo; Farcpolítica, Parapolítica y nada de corruptopolítica (porque la cuestión no es solamente si Yidis o Teodolindo ¿que ha pasado con las denuncias en las grandes licitaciones, las denuncias en las pequeñas diligencias o las vueltas que dan el sector privado?); que pobre Tomás, que pobre Jerónimo, más pobres los recicladores; los jueces haciendo política y negocios y el ejecutivo chuzando y haciendo negocios, etc. 
Y cada día hay un lío nuevo, un puesto que faltaba, un juez que no falla, una terna descarada, unos medios de comunicación con agendas propias y un alud de noticias y chismes que superan cualquier capacidad de asombro.
Cuando se suman todos los dramas, lo que más duele es que cada suceso es  prueba de que el tercer mundo es un estado de la mente y del espíritu.
Al final, algo pasará, sin  libreto ni dirección y lo llamaremos hecatombe y no sabremos de donde salió el golpe que nos dejó fuera de combate. La ansiedad vendrá  entonces de no poder fumarnos la realidad.

sábado, mayo 23, 2009

Reelección? encrucijada? de quien?

Nuestro querido presidente tiene que convencer a su alma de no presentarse a una nueva elección. Las conversaciones con el alma deben ser algo complicadas, particularmente si son en presencia de la prensa mundial. Primero, porque no está muy claro donde queda el alma y en donde la razón y segundo por que no parece estar definido de que se encarga cada una y cual habla primero y en que tono responde la otra. En algún momento  pensé que eso se trataba con litio, pero debo estar equivocado. 
Desafortunadamente el tema no es si el alma y la razón del presidente se ponen de acuerdo (un político tan hábil no debe tener problemas convenciéndose a sí mismo), sino que, en apariencia, la posibilidad de esa elección, que necesita un cambio de la constitución avalado por millones de ciudadanos y conlleva inevitablemente una manera soterrada de totalitarismo y la transformación de Colombia en una República Bananera, depende de la voluntad de un solo hombre. 
Lo aterrador no es que tengamos un presidente esquizofrénico que tiene dilemas públicos consigo mismo, sino que millones de colombianos estén dispuestos a lanzarse al abismo con tal de que Uribe se lance a la presidencia.
Es innegable que el Presidente Uribe ha obtenido numerosos logros en diversos campos, pero la batalla que los colombianos debemos ganar es nuestra consolidación definitiva como nación. En esa batalla, el frente más importante está en la construcción de instituciones que verdaderamente representen las aspiraciones comunes, que trasciendan en el tiempo. Eso no va a pasar si los colombianos nos aferramos a un Mesías, si no entendemos que el destino de nuestro país depende de nuestra capacidad de perpetuar los propósitos que nos unen y no a las personas.
Nota: Advierto que la apariencia se alimenta de encuestas, que así que uno diga que bárbaro cómo están de bien hechas y que seguridad nos brindan! pues no. Sin embargo, lo cierto es que caminamos ciegos frente a los vericuetos del poder y nos toca creer en la apariencia.

jueves, abril 10, 2008

Cambio y la derecha

En la edición de esta semana (10-17 de abril de 2008) de la revista Cambio, dedican la portada a la dicotomía que se presenta en el espectro político colombiano, entre la derecha y la izquierda. Llama especialmente la atención la siguiente afirmación:
"invadir un país extranjero argumentando que tiene en su poder armas de destrucción masiva es una actuación propia de la derecha porque es arbitraria y se funda en mentiras inventadas con propósitos políticos"
Al redactor de esta nota, bien la convendría asistir a un par de seminarios, uno de ciencia política y otro de relaciones internacionales, salir de la oscuridad por dos caminos. Primero, para que entienda que ningún ideario político de derecha cuenta dentro de sus principios con : fundar los actos de política internacional en las mentiras; que al contrario, la derecha aboga por una definición concreta del alcance de las acciones del Estado. No se trata de tener un aparato burocrático que le de empleo a las corbatas o varados, sino de tener una estructura de instituciones que propendan por desarrollo de todos, entendiendo que todos tenemos habilidades y sueños, que somos capaces de hacer nuestra propia vida. En esta medida, el estado debe ser fuerte, pero pequeño, debe brindar seguridad para que podamos construir, debe garantizar el orden mediante reglas se cumplen y se hacen cumplir. Es a partir del orden que podemos ejercer plenamente nuestra libertad, porque el concepto de la libertad no se aparta de la responsabilidad que conlleva.
Segundo, para que aprenda que la doctrina sobre relaciones internacionales se debate entre los principios del realismo versus los principios del idealismo. La diferencia fundamental estriba en que el realismo reconoce que los intereses nacionales dominan el accionar político de los estados y en este sentido, la legítima defensa o el aseguramiento de los recursos necesarios para abastecer el entramado económico-social de la nación fundamenta las decisiones de política internacional. Mientras tanto, el idealismo aspira a que sea el consenso internacional quien rija dichas actuaciones y por ello se debe siempre acudir ante las instancias multilaterales, sin importar el profundo letargo en el que duermen dichas instituciones.
Pero mas allá de la ignorancia del redactor, es perfectamente válido entrar en el debate, pues tanto la izquierda como la derecha han evolucionado en casi todos los ámbitos de su ideario. lejos estamos de una izquierda al estilo leninista y lejos estamos de una derecha monarquista. Ambas tendencias han aprendido lecciones valiosas de la historia.
Tal ves el ejemplo más claro de este aprendizaje se encuentra en dos temas fundamentales: 1. la imperfección del mercado. 2. la dignidad inherente a todas las personas.
Para nadie es un secreto que si se deja la economía a las fuerzas del mercado, se generarían iniquidades insalvables; que esos vacíos dejados por la mano invisible deben ser solucionados mediante algún tipo de intervención en aras a brindar garantías de igualdad y libertad. De la misma manera, está clarísimo que todas las personas, sin distinción de sexo, orientación sexual, religión, estrato o cualquier otra diferencia relacionada con su personalidad o condición social, tienen, por el solo hecho de su existencia, una dignidad que no puede ser desconocida ni por sus iguales ni por ninguna organización política o social.
La diferencia consiste, basicamente, en los medios para alcanzar un sociedad en paz, superar la pobreza, para garantizar los derechos y permitir que todos podamos conseguir nuestras metas.
La izquierda pone como punto de partida a la sociedad, es el tema de Margarita, y no me corresponde sumergirme en esas aguas oscuras. En todo caso, la izquierda no es la del personaje de Cambio.
La derecha pone primero a la persona, le asigna responsabilidad sobre su vida y en esa medida la hace responsable del futuro de la sociedad. No se trata de dones otorgados por Dios, ni de la perpetuación de las élites. Se trata de reconocer que cada uno de nosostros ostenta el destino de su vida; que debemos construir nuestro contexto con responsabilidad y que mas allá de cualquier cosa, la igualdad consiste en garantizar los puntos partida y las reglas para llegar a la meta, no en suplantar a la persona en su determinación para escoger, para ser. No es fácil ser de derecha, mucho menos si existen irresponsables, o ciertos redactores.

viernes, diciembre 14, 2007

1.

Aries era, fundamentalmente, un sentimental. Lo habían bautizado sin pudor el 15 de abril bajo el nombre de su signo zodiacal, no habiendo ningún familiar memorable que repetir, ni nadie que se preocupara lo suficiente para pensar en un nombre propio.
llevaba cuatro cosas en su mochila: una cámara de fotografías, un cuaderno de hojas blancas sin rayar, una pluma de tinta morada y unos lentes de repuesto. Su vida era bastante sencilla, las preocupaciones se limitaban a los momentos de inspiración para poder escribir o fotografiar. Constantemente le decía a sus pocos amigos que entre la fotografía y la literatura, prefería la literatura pero que era mejor fotógrafo; repetía que la fotografía era indispensable para detener por instantes un mundo demasiado acelerado y generalmente culminaba sus diatribas frente a la estatua del dictador, insultándolo por comunista, pero por sobre todas las cosas, por haber tenido tan mal gusto.
Usualmente caminaba a todas partes: al trabajo ( fotógrafo de siento en la plaza central e itinerante de eventos históricos ocasionales), al otro trabajo (esporádico editor de la página judicial de un semanario local), al mercado, al puesto de revistas y siempre a la casa de mujeres amorosas donde calmaba su soledad.
Los fines de semana, paseaba por las tardes a lo largo del río, armado con su paraguas antiguo y debajo de un sombrero de calle que protegía una incipiente cabeza, en la cima de un incipiente cuerpo.
Ese diciembre, la época de lluvias se había lanzado con fiereza sobre la ciudad. En la historia reciente solo había memoria de dos inviernos similares: el de 1968 y el de 1975. En ambos las aguas habían acabado con los barrios de invasión y promovido toda clase de enfermedades entre la población, como describían los medios, menos favorecida. Afortunadamente para Aries, el piso donde vivía no tenía goteras y sus vecinos eran personas muy concientes del invierno, de manera que el balcón, que quedaba  arriba de su sala, siempre estaba impermeabilizado. Vivía allí hace por lo menos 12 años y desde su ventana había visto caer muertos a un candidato presidencial y a decenas de menos-favorecidos. Tenía colgado en la pared de la sala, un cartel de la última campaña política de su partido (que renovaba en cada ejercicio electoral), junto a una medalla que en letras itálicas resaltaba su alegría en el recreo (1965); completaban el cuadro, un sofá de terciopelo purpura y una mesa auxiliar, sobre la cual posaba un florero de vidrio con una flor de temporada.
A pesar de las apariencias, Aries gozaba de una pequeña fortuna, que guardaba escrupulosamente para el momento indicado. No escatimaba esfuerzos para ahorrar y solo fallaba en su intención cuando su candidata de siempre, Flora Cárdenas, se lanzaba en alguna aventura electorera. Esa debilidad, la más sobresaliente,se   explicaba por una belleza que hacía campaña desde la adolecencia y despertaba en las venas de Aries toda su efervecencia, incluso la política. Sin embargo, más adelante llegaría un momento con apariencia de oportunidad y Flora Cárdenas no vería llegar su contribución.

jueves, marzo 30, 2006

La Camisa Azul 1

Para empezar, dibujemos la orilla, es importante. Voy a escribir desde mi camisa azul, por godo, por convencido, por inconforme, por reaccionario, por cartagenero (de nacimiento), por cachaco (por adopción), para acompañar un trago, porque Titanic es pésima a pesar de lo que diga Santiago y Marx no me convence a pesar de los esfuerzos de Lorenzo, porque los médicos son admirables y temibles, porque ahora tengo ojos azules, porque me gusta mi piso 17 y porque sí.
Hoy, por política.
Viene la jornada electoral del 28 de mayo y desde mi piso 17 veo un barco cargado de:
Uribistas, que de muchas maneras encarnan los principios y valores conservadores (Fortalecimiento del Estado de derecho, rescate de la familia como nucleo esencial de la sociedad, emprendedurismo social y económico, libre cambio y competitividad, seguridad social responsable, etc.) no obstante ser capitaneados, entre otros, por figuras de origen liberal como German Vargas o Juan Manuel Santos, al lado de un Partido Conservador, que a pesar de su tradición se ha alejado de los centros de opinión pública, refugiándose en su caudal electoral concentrado fundamentalmente en las áreas rurales. Lo interesante, es que el Presidente Uribe, cómo Rafael Nuñez, tiene una idea bastante clara de sí mismo, cómo para matricularse en cualquier escuadra, lo que hace que el uribismo, salvo en el caso del partido conservador que a punta de disciplina partidaria, cada vez más se consolida como el único verdadero partido de derecha, no sea sino uribismo. Igual, está claro, a muchos uribistas les da pena admitir que ideológicamente son conservadores, es mejor tener apellido de Presidente popular que llevar la bandera de una ideología.
También viene cargado de adalides de la llamada nueva-izquierda-colombiana, encabezados por un sorprendente Polo Democrático en cabeza de Carlos Gaviria, antagonista en la izquierda de un Horacio Serpa debillitado dentro de su Partido Liberal. Esta nueva izquierda, aderezada por personajes tan contradictorios como César Gaviria (neoliberal o social democrata, al final nadie sabe), Jorge Robledo (comunista), Gustavo Petro ( de izquierda radical secatria, no obstante el otro día en la W dijo ser capitalista) y Piedad Córdoba (quien al parecer ahora sí fue elegida), teoricamente se levanta sobre los brazos de las organizaciones sindicales, el discurso de las minorías y la academía, las cuales con la pasión que siempre las destaca han hecho suya la bandera de lo-social, que verdaderamente es difícil de definir por la amalgama de colores que la componen (lo que facilitará una eventual alianza). Se identifican, parece, con la idea de un Estado providencia que le lleva de comer al ciudadano, fomenta desbordantes beneficios para el proletariado, limita el libre cambio para proteger la industria (y como consecuencia la condena al fracaso), apoya los movimientos de diversidad sexual (sin embargo ninguno de ellos manifiesta con valentía desde que orilla sexual habla, restándole transparencia al debate y dejando el sabor de tratarse sólo de arengas proselitistas). En general, traen una idea del individuo bien particular, porque no es lo suficientemente autónomo cómo para buscar su propio desarrollo económico y social, necesita del estado que le provea todo para subsistir, no puede competir para avanzar, ni desarrollarse a sí mismo a partir de su iniciativa. En últimas, una visión del ser humano perdido en el colectivo.
Y en la mitad de la nave, en la borda pescando, Antanas Mockus y Alvaro Leyva. Ambos divagando entre la derecha y la izquierda sin encontrar el centro. Con estos dos pasa que tienen hojas de vida respetables, grandes inteligencias y excelentes propósitos. Sin duda generan alguna movilidad, pero nos harán falta por su terquedad y miopía, en ocasiones por sus disparates (Leyva insite en acabar un conflicto de decadas y fracasos en 6 meses, haciéndose campaña con las FARC) en otras por el camino que escogen (Mockus se la jugo por la Alianza Social Indigena, que según parece se queda sin personería jurídica para apoyar un decendiente de Lituanos).
Sobre los demás, no hay que gastarles tinta, no enriquecen el debate y francamente no entiendo de donde sacaron que podrían llegar a la presidencia.
Esto es lo que hay...que entre el diablo y escoja, pero y
o saldré a votar con mi camisa azul.